9.27.2020

Resiliencia Comunitaria

Simpson, M.G., Munist, M., Santa Cruz, E., Kotliarenco, M.A., Klasse, E. & Melillo, A. (Compiladores). (2018). Resiliencia Comunitaria. Buenos Aires: Dunken.

Este material tuvo su germen, hace más de dos años, en un deseo: recuperar la mirada de la resiliencia comunitaria, tan unida a Latinoamérica, para actualizarla con nuevas conceptualizaciones y nuevas reflexiones, para mostrar las aplicaciones concretas con las que se la llevó y lleva a distintos campos profesionales. También para ser el producto de una unión de generaciones de investigadores y especialistas. Un encuentro mágico, en el Congreso Resiliencia y Paz, en Bogotá por septiembre del 2015, produjo una química muy especial entre muchos de los autores de esta compilación. Los condimentos fueron varios: conocimientos y experiencias académicos compartidos, espacios de diálogo e interacciones productivas, pero por sobre todo una alegría compartida que consolidó un espíritu de grupo que perduró en el tiempo y trascendió las distancias geográficas que nos separan, sólo físicamente. Un homenaje institucional de los organizadores del congreso a los maestros de la resiliencia: Néstor Suárez Ojeda, Mabel Munist y María Angélica Kotliarenco, cristalizó un sentimiento compartido de agradecimiento. Las conclusiones colectivas del evento sumadas a un posicionamiento acordado, se plasmaron en un manifiesto categórico por la paz desde la resiliencia, que aún se puede leer en http://redresiliocolombia.wixsite.com/.../manifiesto-por.... La relevancia de la resiliencia comunitaria subyace en todo lo que hacemos. Todos compartimos esta mirada que nos permite las diferencias y los matices. También nos une el reconocimiento a una figura señera que marcó nuestra formación integral en resiliencia, que junto a las dos maestras presentes (Mabel y María Angélica) nos permitió una visión de la resiliencia más allá de lo individual: Néstor Suárez Ojeda.
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9.04.2020

SEGUIMOS HABLANDO DE RESILIENCIA

Hablamos de resiliencia en tanto la entendemos como una visión esperanzadora, responsable y respetuosa. Una alternativa al dolor y la adversidad.  Una creación en tanto entreteje recursos humanos internos con externos, recreando y abriendo así posibilidades de cambios positivos y optimistas, (Kotliarenco, 2016).

En un plano distinto, a decir de Ungar (2000):   La resiliencia es un navegar en nuevas corrientes que se presentan como alternativas.  Conducen a puertos distintos, que no son más que oportunidades ya presentes, no reconocidas como tales.
O bien el navegar ocurre en mares conocidos - recreados, o bien desconocidos y potenciales, sembrando en ellos la semilla de positividad.  Será, entonces, el medio circundante, el encargado de hacerla florecer y así crea y recrea, alternativas.  Generándose así una respuesta nueva frente a lo que forma parte de nuestra naturaleza dormida. Este proceso implica, adentrarse en lo conocido y lo desconocido del mundo real e imaginario.   Transformando, recreando y ampliando nuestro potencial horizonte humano, marcado éste por su positividad y dinamismo.

Una concepción del desarrollo infantil

La nueva concepción del desarrollo infantil, producto de la revolución tecnológica, de las teorías más recientes modifican también nuestra comprensión del cambio psíquico en la adultez.

Entrando ya a comprender la matriz intersubjetiva característica de la mente, comenzamos a visualizar la importancia de la interacción permanente entre en “yo y un otro”.
Por último, es necesario destacar la importancia de las etapas pre y post natal en relación al crecimiento y desarrollo de los niños, las modernas técnicas de neuroimagen dieron un acceso directo a la actividad cerebral.  Ahora sabemos mucho sobre la capacidad de los bebes para relacionarse.  En este sentido ideas sobre el desarrollo humano demostraron estar equivocadas.  El psicoanálisis clásico centro su concepción del desarrollo temprano exclusivamente en la regulación fisiológica.  Freud, veía al niño relacionado con otros solo en forma indirecta, secundaria a la satisfacción de sus necesidades y consideraba que éstos permanecían en un estado de indiferenciación durante un período prolongado.  Hoy sabemos que los niños son en realidad muy sociables y como señaló Tomasello en 1999 “los bebes no son solamente sociales, sino que o más bien ultrasociables”.

Lo anteriormente señalado lleva a pensar que ha cambiado la manera en que nos pensamos a nosotros mismos.  El desarrollo humano en todas sus dimensiones sólo puede darse con la mente de otra persona.  Hablamos entonces de una matriz intersubjetiva, con mentes que son mutuamente sensibles.  Cuando dos personas se mueven en sintonía entran una en la mente de otra, así como de la propia mente; es esto lo que se denomina mentalización.


 

Ma Angélica Kotliarenco, Ph.D.

Directora Ejecutiva  CEANIM

Septiembre 2020