11.15.2010

ALGUNAS REFLEXIONES por Ma.Angélica Kotliarenco, Ph.D.

La resiliencia concebida desde el punto de vista de vista psico-social dice relación con una concepción del mundo en general pero muy en especial del hombre y su naturaleza.
Esta concepción esta íntimamente ligada a la posibilidad, al potencial, a la esperanza, a la creencia de que la persona, si el ambiente le ofrece oportunidades, puede desenvolver un potencial que esta presente desde la concepción. Sin embargo, este potencial, esta posibilidad solo se manifiesta o hace presente cuando es gatillado despertada por los estímulos del ambiente a la vez que por el amor, el cariño, la contención y el apoyo.

Interesante resulta destacar que la posibilidad del despertar este potencial esta ligada y asociada al amor, la atención, el cariño que los niños y niñas reciben o no reciben desde su ambiente externo, el que inicialmente esta constituido esencialmente por la madre biológica y quienes constituyan su red de apoyo. Este potencial se desarrolla desde la gestación en adelante y esta presente durante todo el ciclo vital como han señalado neurocientistas como Jensen, (2006).

Llama la atención que el mecanismo protector básico o fundamental para que despierte la posibilidad del patrón de comportamiento resiliente, lo constituye el contar con un amor que algunos han denominado "incondicional", es decir de la aceptación de un otro tal cual éste es.

Y será esta relación de amor la que despierte nuestra neurofisiología y son estos los mecanismos que harán circular por nuestro organismo, el sistema endocrino y las hormonas respectivas nos ofrece en la posibilidad real de sentir emociones como ser la alegría, la energía o bien la pena, el estrés y el dolor. En algunos casos -por ejemplo la oxitocina - permitirá, agilizara, preparara el cuerpo de la madre para que el nacimiento de su hijo o hija fluya preparándola además para cogerlo y brindarle un primer indispensable contacto, una primera interacción. Y desde allí; un amor incondicional.

Es desde allí que como Froma Walsh (2010) señale que el "corazón y el alma de la resiliencia lo constituye un sistema de creencias " a través de las cuales las crisis y los desafíos cobran sentido. La esperanza y la fe los acogen y transforman, sin rechazar, elaborándolos para luego dejarlos convertidos y ubicados en nuestro cerebro como una marca, una señal de que hubo dolor.

Las experiencias dolorosas que se van acumulando para constituir entonces lo que Cyrulnik (2007) describe /define como "la biología del dolor".

Será solo ese dolor el que nos permita - a través de mecanismos que crecen junto a la auto-confianza posibilitada por el amor - crecer en adversidad, creyendo a través de esta experiencia que la realización deseable/ esperable es posible.

Será la mirada positiva frente al dolor, motivada por la esperanza y la fe, la que hará posible avanzar, crecer y desarrollarse más plenamente de acuerdo a las metas que cada ser humano fija para sí mismo.

Una de las características centrales de quienes muestran un patrón de comportamiento resiliente será la empatía, es decir la posibilidad que existe de que dos seres humanos puedan anticipar la emoción de otro que esta frente a sí. La posibilidad de tener empatía radica en la relación que tiene el niño o niña tempranamente con una figura que le resulta significativa; (Lecannelier, 2009) la que se ha llamado "capacidad e mentalización". Las relaciones o interacciones humanas radican en la capacidad de empatía.

La capacidad de empatizar hace que el otro me importe, que lo sienta y pueda unirme a el en sus diferentes momentos frente a distintas circunstancias. Cada persona presentan patrones resilientes en diferentes momentos en la vida y reaccionara distinto enfrentado a los mismos estímulos sean estos positivos o negativos. Pasara la manifestación del patrón de comportamiento resiliente por un gran "cedazo" en el cual estarán representados los grupos sociales, culturales, rangos etáreos, los acontecimientos traumáticos de la naturaleza.

Es así como a través de este cedazo quedaran los estímulos ambientales convertidos transformados, acorde a la realidad que cada una de éstas variables nos ofrezca.

La resiliencia esta íntimamente ligada a una mejor calidad de vida, a aceptar la igualdad y la diferencia que las personas presentan entre sí, sin embargo al aceptar la posibilidad de un despertar acorde a las oportunidades que el proceso vital nos brinda, respetando las diferencias entre las personas, los grupos, las organizaciones y las comunidades acoge y acepta la igualdad.

La resiliencia acepta que la realidad puede ser alterada a través del humor, de la creatividad; siendo el arte la mejor posibilidad para experimentar y crear de acuerdo a las posibilidades e intereses de cada uno.

La resiliencia y el análisis del proceso resiliente permite visualizar sobre qué intervenir, cómo y cuando - creándose así la posibilidad de la prevención y la promoción de una mejor calidad de vida para todos los seres humanos.

La prevención basada en indicadores de alerta temprana podría - contando con instrumentos adecuados, confiable y válidos - ahorrar, disminuir o inhibir el dolor emocional, el desgaste que éste significa para la familia y la persona en particular. Así como el gasto en eficacia y eficiencia para los gobiernos y las sociedades en su conjunto.

La creación de la Convención de los Derechos de los Niños y Niñas responde a percibir y otorgar la suficiente importancia a las necesidades de que cada ser humano tenga las mismas garantías de contar con iguales oportunidades sin importar su raza, edad, procedencia o género (Ex presidenta Michel Bachelet, Consejo Asesor, 2006)).

Que a cada ser humana se le brinde igual trato, eliminando la discriminación y la postergación. Respetado por igual lo que ofrecen los ambientes y que éstos lo hagan en el momento oportuno en que el cerebro abre sus ventanas ampliamente para aceptarlo, hacerlo suyo, cerrándose luego nuevamente dificultándose entonces alcanzar la equidad.

BIBLIOGRAFIA

Consejo Asesor Presidencial para la Reforma de las Políticas de Infancia (2006).
Propuestas del Consejo Asesor Presidencial para la Reforma de las Políticas de Infancia. El futuro de los niños es hoy -Gabriela Mistral-. Santiago.

Cyrulnik, Boris (2007). De cuerpo de alma. Neuronas y afectos: La conquista del bienestar. Barcelona, Gedisa.

Lecannelier, Felipe (2009). Apego e intersubjetividad: Influencia de los vínculos tempranos en el desarrollo humano y salud mental. Segunda parte: la teoría del apego. Santiago: Lom Ediciones.

Jensen, Eric (2006). Enriching the brain: how to maximice every learner’s potencial. Jossey-Bass Education.

Walsh, Froma (2010). Spiritual diversity: multifaith perspectives in family therapy. Family process, 49: 330-348