3.16.2011

"El discurso del rey" y la resiliencia

Revista Ya, La mujer y su mundo, martes 15 de marzo de 2011.


"El príncipe tenía la capacidad de vencerse, pero no podía hacerlo sin otro que pusiera palabras a su daño y a su miedo. El príncipe necesitaba compartir, en una relación, no en un papel, su historia. Necesitaba a otro que hizo posible que la resiliencia se hiciera realidad".

Esta película, ganadora de varios Óscar, es una historia de resiliencia. Dos elementos producen esta capacidad de vencer la adversidad. Uno, la rebeldía de un príncipe que sufre y que quiere vencer ese sufrimiento que lo define y lo limita. El otro, la presencia de un alguien que está dispuesto a escuchar sin juicios y que cree en él, sin negar la realidad del impedimento que le produce frustración y rabia.

El rey ha vivido un trauma en su infancia; a los cinco años empieza a tartamudear, su padre lo provoca y lo ridiculiza por no poder vencer esta condición, y su hermano mayor, el futuro rey de Inglaterra, hace de este defecto un motivo de burla constante. El príncipe crece y sufre, pero arma una familia y estudia los asuntos de Estado, a pesar de ser "una vergüenza" en algunos sentidos para la familia real. Su tragedia está agravada por un mundo de protocolos donde su condición de víctima nunca es enfrentada. Y entonces, aparece este hombre, un hombre cualquiera, un sobreviviente del exilio y la pobreza, que entabla con él la primera relación de amistad verdadera. Este hombre, Lionel, se niega a tratar al paciente como figura real, insiste en una relación de igualdad y en que se respeten sus términos. Había aprendido con los prisioneros de guerra que tenían dificultades para hablar, que había que ir más al fondo, que esto no era sólo un problema de lenguaje.

Lentamente, el príncipe empieza a hablar de sí mismo, de su vida, y empieza a hacer y a decir lo que nunca antes se atrevió. Es en este momento que habría que detener la película y definir la resiliencia. El príncipe tenía la capacidad de vencerse, pero no podía hacerlo sin otro que pusiera palabras a su daño y a su miedo. El príncipe necesitaba compartir, en una relación, no en un papel, su historia. El príncipe necesitaba a otro, y este Lionel fue el otro que hizo posible que la resiliencia se hiciera realidad.

Para los que muchas veces preguntan qué es esta nueva palabra, la resiliencia, aquí está la respuesta. Hay que ver la película y entonces resulta fácil comprender.